El “anartista” Duchamp ataca las asignaciones sociales, la producción, el culto al genio y la apología del trabajo en general, inscribiéndose en continuidad con un movimiento obrero de reivindicaciones anti-laborales. Mediante la “acción perezosa”, Duchamp abre a otra ética y a otra antropología de la modernidad: atacando los fundamentos del trabajo, intenta operar una transformación de la subjetividad, inventando así nuevas técnicas de existencia y nuevas maneras de habitar el tiempo.
Estos análisis sobre Duchamp vienen acompañados de otro texto titulado “Miseria de la sociología”. En este, Lazzarato despliega una crítica detallada de la concepción del trabajo de P.-M. Menger y también de las posiciones de Boltanski & Chiapello expuestas en su libro sobre el nuevo espíritu del capitalismo.