“Las revoluciones siempre han sido revoluciones contra el tiempo”
– Walter Benjamin
1.
El Instituto del Tiempo Suspendido se funda en un momento preciso de una época precisa, en el llamado neoliberalismo, pero viene de tan lejos en el pasado e incumbe tanto al futuro que su fundación se encuentra, suspendida, dentro y fuera del tiempo.
2.
El Instituto del Tiempo Suspendido se funda en un lugar preciso, el MUSAC de León, pero pertenece tanto al aquí como al allá, a todas y a ninguna de sus sedes, de tal manera que su localización se encuentra, suspendida, dentro y fuera del espacio exterior e interior de cada persona.
3.
El Instituto del Tiempo Suspendido es un instituto, pero también un anti-instituto y un destituto. Es un instituto porque quiere dotarse de fuerza y presencia dentro de la sociedad a semejanza de los otros institutos ya existentes. Pero es un anti-instituto, asimismo, porque quiere mantener su fuerza y presencia social sin las lógicas institutivas de jerarquía y biocontrol; también es un destituto porque promueve la destitución de toda posición.
4.
Como instituto, anti-instituto y destituto, fundado dentro y fuera del tiempo y del espacio, el ITS promueve la introducción y propagación, por todas las vías posibles y sobre todo imposibles, de tiempo suspendido en cada una de nuestras vidas y en la sociedad. Poner la vida en el centro, como dicen, es poner tiempo suspendido en el centro de nuestras vidas.
5.
El ITS entiende el tiempo suspendido de infinitas maneras, pero apuntando siempre y en cualquier caso a maneras de vivir el tiempo que contestan la crono-normatividad. La crono-normatividad está basada en una concepción lineal, evolutiva, télica, productivista, cuantitativa del tiempo. El ITS se orienta, por tanto, hacia la reapropiación del tiempo expropiado por todas las prácticas que reducen la crono-diversidad constitutiva de los seres (humanos, animales, vegetales).
6.
La fundación del ITS se concibe de manera indisciplinada en un doble sentido, es decir, como un acto de desobediencia frente a la disciplinarización temporal y, a su vez, como una forma que deconstruye las fronteras disciplinarias. A medio camino entre lo que se suele llamar arte contemporáneo, filosofía, política y poesía, el ITS se inscribe también en las artes escénicas y literarias, en la psicología y el psicoanálisis y la (anti)psiquiatría, en la sociología y la antropología y la historiografía, en la música y la musicología, etc. El ITS no solo pretende atravesar esas disciplinas, convocarlas difuminándolas, sino también alterar sus formatos.
7.
El ITS está compuesto por “cómplices”, puesto que la pertenencia al mismo no consiste en la relación entre los miembros y un todo, sino en el compromiso singular y vital con un plan cuya ejecución consiste en la suspensión de todo plan y de toda ejecución en su sentido “crono-normativo” (vide supra artículo 1).
8.
El ITS está impulsado por Raquel Friera y Xavier Bassas, y compuesto por otros “cómplices” que se reparten en diferentes lugares del mecanismo institucional de modo que el engranaje, como el de un reloj en suspenso, está y no está encallado, funciona y no funciona. Como un tic-tac que solo tiene el “tic” o el “tac”. Como una segundera que avanza encallada. O como una clepsidra en poética y polémica posición horizontal.
9.
El ITS organiza (des)encuentros, disambleas, hornadas, deambulaciones y demás actos potenciales cuya misma organización y desarrollo es ya una práctica de la crono-diversidad y un ensayo de tiempo suspendido.
10.
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